“No tengo nada que ponerme”. Típico, ¿verdad? Parece que el día menos pensado va a caerse sobre ti toda la ropa que tienes en tu armario y en el de tu novio (porque has ocupado con tus pertenencias casi la totalidad del suyo), pero ¡pobrecita de ti!, que tienes que salir a la calle desnuda, porque no tienes NADA QUE PONERTE, cuando la verdadera realidad es que tienes DEMASIADA ropa que ponerte.

Es tal la dinámica en la que entramos, que la acción de acumular y de sentir que necesitamos más se nos ha ido de las manos. Y es por eso mismo que hoy propongo algunas reflexiones acerca de por qué nos puede ocurrir esto, así como soluciones sencillas que pueden ayudarnos a poner los pies en la tierra acerca de lo que verdaderamente tenemos:

1. El escaparate de las Redes Sociales

El mundo virtual y el estar visible y presente de forma constante es algo que forma parte de nuestro día a día. El hecho de repetir el modelito del fin de semana pasado y que eso se muestre en Instagram a los demás se convierte en una pesadilla para muchas. “¿Y si piensan que no tengo estilo suficiente porque siempre me pongo lo mismo?”. Y ahora pregunto yo:  ¿no demostrarías más creatividad si utilizaras las mismas prendas combinándolas de formas distintas frente a diferentes situaciones? La versatilidad es una de las características más valoradas y necesarias en las prendas, de forma que te sirvan para ocasiones muy diferentes y den lugar a estéticas muy distintas.

2. El aburrimiento

Vivimos en un bombardeo de información y de estímulos constante. La publicidad y las novedades nos abruman, el ambiente cambia constantemente y nuestro armario sigue ahí quietecito, igual que siempre y mirándonos de reojo con mala cara mientras nosotras pensamos para nuestros adentros: “y ahora, ¿qué me pongo?”.

Algunas soluciones frente a esto:

Realiza una buena limpieza de armario, pero en serio. Si dudas ante prendas que no te pones o que no te inspiran absolutamente nada, diles “¡Hasta luego, Maricarmen!.” Créeme. Te sentirás genial.

Reorganiza las prendas y complementos de tu armario y cámbialos de sitio. Seguramente hay cosas que no estaban a la vista y las re- descubres. Así podrás pensar en nuevas posibilidades y combinaciones para vestirte.

 

3. La falta de atrevimiento

Vivir en nuestra zona de confort está muy bien, pero si lo que quieres es experimentar nuevas sensaciones y verte diferente y más estilosa, ¡atrévete!:

– Vuélvete fan de los calcetines.

De rejilla, estampados, sí, pero también los de lana, con mocasines masculinos y con zapatos Oxford. No le damos la suficiente importancia al calcetín y tenemos que darle un nuevo protagonismo, como si fuera un segundo escote. Prueba a utilizarlos con gamas de color similares a la de la parte superior del cuerpo o sé más atrevida y juega con el contraste de colores.

– Atrévete a diario con tejidos considerados elegantes.

La moda de mezclarlo todo con zapatillas nos permite utilizar a diario prendas a priori más festivas. Con las prendas de terciopelo pasa igual. Saca de tu armario esa prenda que guardas año tras año exclusivamente para Navidad y combínala con unas sneakers y una cazadora vaquera. Arreglá pero informal.

– Prueba nuevos colores.

Puede ser que, especialmente en Invierno, nuestro armario esté repleto de prendas de gamas neutras u oscuras. Son colores elegantes, que están muy bien, pero también son colores que pueden aburrirnos, envejecernos o apagar nuestra imagen, por eso es bueno combinarlos con tonalidades más alegres:

  • Dale una oportunidad a los colores llamativos y a los pasteles para salir de ese bucle de los básicos y actualizar tu imagen.
  • Prueba a vestir en versión monocolor, de un solo color arriba y abajo. Seguro que en tu armario tienes partes superiores e inferiores del mismo tono con las que formar un puzzle que resulta muy elegante y, además, ¡alarga la silueta.

 

Fuente: hola.com

 

4. El cambio físico

Uno de los motivos por los cuales “no tenemos nada que ponernos” es por haber cambiado de talla. El ritmo de vida y las experiencias dolorosas pueden jugarnos una mala pasada, algo que, inevitablemente, se muestra principalmente a través de nuestro físico.

– Retira todas aquellas prendas que ahora te están pequeñas o grandes para poder ponértelas cuando “recuperes tu talla normal”. Vamos a centrarnos en las prendas funcionales en el presente.

Compra básicos que se acomoden al cuerpo que tienes en el momento actual.

Utiliza complementos como bolsos, pendientes, pulseras, collares, pañuelos… Los complementos no tienen talla, por lo que pueden ser tus principales aliados de cara a actualizar tu imagen y darle un estilo más especial.

 

5. La falta de inspiración

Inspirarnos en algo o alguien es un ejercicio que nos permite desarrollar nuestra creatividad y adaptar diferentes ideas a nuestros gustos o necesidades personales. Con esto no digo que seamos unas esclavas de la moda ni que copiemos a modo de fotocopia a las cuentas que seguimos en Instagram, pero sí que sigamos a aquellos perfiles que nos aporten ideas y contenido que sea útil para nosotras. Y, sobre todo, fijarnos más en lo que nos transmite ese contenido que en el número de seguidores que tengan. Algunas de mis cuentas preferidas e inspiradoras son @auroravegacom, @mividaenrojo, @peggyheart o @afashionnerd. ¡Encuentra las tuyas!

 

             @auroravegacom      

     

@mividaenrojo

 

@peggyheart

 

@afashionnerd

 

 

¡Gracias por leerme!

Fani M.

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